Una estrategia perfecta
Satbir quería saber si ese chico era el que estaban esperando. Todo indicaba que era él pero necesitaba estar seguro. Para ello, le pidió prestado el móvil a la niña y marcó el número de la persona con quien se encontraría ese día en la estación.

La joven estaba asustada pero luego se tranquilizó porque sabía que un hombre noble y humano, aquel taxista, la estaba acompañando.